Una tarde, durante el crepúsculo montó su semilla al hombro y desde el barandal dejó que el viento lo arrastrara hacia la transitada avenida.
Cayó justo en medio del asfalto
y ahí creció
a la intemperie
comiendo polvo
oliendo humo
Sin embargo
pellizcaba aventuroso el atardecer con sus pétalos de hollín limado
Animo.